La tortuga de patas rojas mide entre 25 y 40 cm, pudiendo alcanzar un peso de 9 kg. Su caparazón varía de color marrón a negro, con unas zonas de color pálido en el centro de las placas. Las escamas de la cabeza, extremidades y cola son de color anaranjado o rojizo.  Los machos son de mayor tamaño y su cola es más larga y ancha que la de las hembras.

Alcanzan la madurez sexual a los 5 años y pueden aparearse durante todo el año. Las hembras pueden anidar varias veces al año, depositando de 2 a 15 huevos en nidos excavados a 20 cm de profundidad.  El periodo de incubación varía de 117 a 158 días. Al eclosionar, las crías son completamente independientes.

De hábito diurno, se muestran más activas por la mañana y por la tarde, evitando así las horas centrales del día, y por tanto el sol directo. Se considera una especie más bien solitaria.

Son principalmente herbívoras, pero también comen pequeñas cantidades de origen animal como por ejemplo pequeños invertebrados y carroña. Se alimentan de hierbas, hojas, flores, corteza, tallos y frutas.

Esta especie sudamericana puede vivir en diversos hábitats, desde sabanas hasta bosques húmedos, aunque tiene preferencia por las zonas boscosas.

El sexo de las crías lo determina la temperatura ambiente durante su desarrollo en el interior del huevo.

El macho de esta especie produce sonidos similares a las gallinas, llamados “cloqueos”, para atraer a las hembras y alejar a otros machos. Puede realizar estos sonidos durante el cortejo o durante el apareamiento.  Además, los machos compiten entre ellos realizando movimientos oscilantes con su cabeza hasta que finalmente uno de ellos consigue dar la vuelta al otro.